Folclore

La Festividad de Santa Águeda en Zamarramala

Zamarramala en Pasacalles

 

La fiesta de Santa Águeda en Zamarramala, año 2013



Todo el mundo ha oido el órigen de esta fiesta, todo el mundo, y digo todo el mundo, porque su conocimiento traspasa fronteras y óceanos. Es muy normal que vengan a este evento personalidades famosas y mujeres pertenencientes al cuerpo diplomático de otros paises. Las sencillas mujeres de esta localidad, se mezclan y conviven con otras de jerarquía social más elevada, pero manifiestan su profunda sabiduría, en las artes de transmitir conocimientos populares y tradiciones, Ellas, organizan sus raices y sus herencias ancestrales, para el disfrute del mundo, y por ello, su fiesta es reconocida como fiesta de interés histórico artístico y de patrimonio; ¡ahí es nada!. Ellas no piensan el valor que tienen, pues son las primeras que supieron organizar la primera fiesta de convivencia que posiblemente ha existido en el mundo.Para ellas, mis reconocimientos de HOME BUENO Y LEAL, MATA HOMBES DE ORO  Y ALCALDESAS PARA SIEMPRE.



EL   PODER  DE   LAS   ÁGUEDAS


Todos  los  años, allá por el 5 de febrero según calendario católico, coincidiendo con la festividad de Santa Águeda, las mujeres casadas se unen para celebrar su fiesta.
No voy a contaros historias sabidas sobre su origen y tradición convertidas en leyenda; ni a nombrar pueblos o localidades reseñando cómo se celebra en cada sitio su tajada o su peaje, cómo son las vestimentas, etc. No voy a comentar el pique que las águedas nos montamos, siempre de buen rollo, pues es parte del chance y del divertimento de la fiesta.
Compañeras, y subrayo compañeras, pues pertenezco al club, deseo, si me lo permitís, que nos paremos a hacer un pequeña reflexión del poder que tenemos entre las manos.
 Durante 2 ó 3 jornadas mujeres con conocimiento de varón participan en los eventos culturales, sociales, políticos, religiosos y de ocio, que llevan preparando durante el año. De esta forma, aparcan lo cotidiano, es decir, las tareas domésticas de la mujer casada, y deciden unirse para manifestarse y rebelarse contra  lo establecido; en definitiva: afirmarse como mujeres.
 Poniéndonos los trajes de nuestras madres y abuelas nos sentimos parte  de ellas, uniendo así su mundo con el nuestro. Como ellas padecieron la opresión de su época, nosotras nos vemos en la obligación de resarcirlas con nuestros pensamientos y nuestros actos.
Los trajes son el sentir de la fiesta, representan el poder de la mujer y su feminidad, así como el orgullo de nuestras raíces. Adecuadamente ataviadas, todas juntas disfrutamos en sitios públicos con personajes públicos, entrando, aunque parezca baladí, en los bares que nuestras antepasadas tenían prohibidos, amén de un sinfín de cosas que aquí sobra enumerar.

 Esto no se acaba aquí, los compañeros están encantados. A ellos literalmente se les cae la baba. Los consortes disfrutan tanto como nosotras: otorgan, colaboran y se complacen. Así parece tan fácil la reivindicación...
  Si a esto le añadimos el efecto onda, es decir, todas las mujeres de nuestras plazas, barrios, localidades, provincias o comunidades. TODAS AL UNÍSONO ¡OS IMAGINÁIS! Juntas bailando, riendo, ofreciendo la tajada, pidiendo su peaje… En suma, haciendo partícipes de su expresión de libertad a vecinos, amigos, compañeros y autoridades.
 Las chanzas están permitidas, ELLAS se sienten poderosas y bellas, guardan su mundo interior y salen a manifestarse con su compañeras, solidarizándose con el mundo femenino para decir AQUÍ ESTAMOS, AQUÍ VIVIMOS; mirad lo importantes que somos: generosas, conciliadoras, divertidas e imprescindibles.
Todo esto que veis es más que una fiesta, es el espíritu de la solidaridad y la convivencia, el de la IGUALDAD y el DESAFÍO; el clamor de nuestras antepasadas y un importante legado para nuestras hijas.
 Si después de leer estas pequeñas líneas, estáis de acuerdo, daros cuenta del poder inimaginable que tiene este magnífico tesoro heredado de nuestras predecesoras.

¡Qué listas eran nuestras abuelas!
¡Por ellas! VIVA SANTA ÁGUEDA.